
En España, las mujeres autónomas que ejercen como acupuntoras, especialistas en medicina china y otras terapias naturales enfrentan una realidad compleja y, a menudo, injusta. A pesar de su dedicación y del impacto positivo de su trabajo en la salud y el bienestar de las personas, estas profesionales lidian con barreras estructurales que limitan su desarrollo y reconocimiento como profesionales parasanitarias.
Hoy nos centramos en visibilizar la situación de las mujeres en este ámbito como un homenaje en el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Sin embargo, es importante destacar que, aunque las mujeres representan una gran parte del colectivo, también existen muchos hombres que enfrentan los mismos desafíos y comparten esta lucha por el reconocimiento y el respeto en el sector de las terapias naturales.
Uno de los retos más graves es la ausencia de apoyo institucional y la prevalencia de campañas de descrédito que afectan directamente su reputación. A pesar de ser contribuyentes activas al sistema económico mediante el pago de impuestos, estas personas también contribuyen significativamente a la Seguridad Social y a la hucha de las pensiones a través de sus cuotas como autónomas. Este aporte, esencial para el sostenimiento del sistema público, contrasta con el trato injusto que reciben al ser objeto de campañas financiadas con recursos públicos que perpetúan la desinformación y el desprestigio. Este ataque no solo es injusto, sino que también desincentiva a futuras generaciones de profesionales a adentrarse en este sector.
La acupuntura y las terapias naturales, respaldadas por una tradición milenaria y numerosos estudios científicos, han demostrado su eficacia en el tratamiento complementario de múltiples condiciones de salud. Sin embargo, la falta de regulación y reconocimiento oficial sitúa a estas disciplinas en un limbo legal y cultural que genera escepticismo y prejuicios. Para quienes ejercen en este ámbito, esto representa una lucha constante por la legitimación de su labor y por el respeto que merecen como profesionales parasanitarias.
Es urgente que las instituciones españolas reconozcan y valoren el aporte de las terapias naturales y de quienes las practican. Además, es fundamental promover campañas informativas que combatan la desinformación, visibilicen los beneficios de estas terapias y pongan en valor el esfuerzo de quienes las ejercen.
La lucha de las personas autónomas en este sector no solo es una reivindicación profesional, sino también un clamor por la dignidad, el respeto y la igualdad de oportunidades en un ámbito en el que predominan el esfuerzo individual y el compromiso con la comunidad. Es momento de que sociedad e instituciones reconozcan su valiosa contribución y trabajen en conjunto para garantizar un entorno justo, equitativo y libre de prejuicios para estas profesionales.
Maria José Domínguez del Álamo
PRESIDENTA SAC-AAE